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Soinu-konposizioa 16 kanaleko kupula batean espazializatua. Enrike Hurtado eta Mikel Arcerekin batera Bordeleko Informatika Musikaleko Laborategiaren lankidetzarekin egindako lana. ESKRIME. Estreinaldia: 2021eko urriaren 8tik 10era   Esp:: Composición sonora espacializada en una cúpula de 16 canales. Un trabajo realizado junto … Continuado

Non dago Oraina? / ¿Donde está el Ahora? 2019

¿DÓNDE ESTÁ EL AHORA?/NON OTE DAGO ORAIANA?
Proyecto de Josu Rekalde para la Sala Horno de la Ciudadela de Pamplona.

“¿Dónde está el Ahora?/ Non ote dago Oraina?”, es un proyecto pensado específicamente para ser expuesto en el espacio cilíndrico del “Horno de la Ciudadela” de Pamplona. La exposición consta de cinco piezas que funcionan como una órbita de esculturas-instalaciones sobre el suelo circular de la sala.

La pieza central que da nombre a la exposición, está basada en la propiedad espacial y acústica del lugar añadiendo las posibilidades tecnológicas que la programación informática actual nos proporciona. En este sentido, en la instalación se retrasa el tiempo transcurrido desde el registro video hasta el momento de su proyección. Es decir, crea un desfase temporal de 60 segundos entre la toma y la percepción por parte del espectador de dicha toma.
La instalación consiste en una plataforma giratoria, a modo de faro, en la que a ambos lados de su estructura están instaladas en oposición –dándose la espalda-, una cámara de vídeo y un proyector, de tal manera que lo que se proyecta en la pared de la Sala tiene un retraso de 60 segundos con respecto a lo que previamente ha sido registrado por la cámara – el equivalente a una vuelta-. De esta manera, se produce una extraña percepción del tiempo presente y el pasado reciente, ya que se proyecta aquello que ha ocurrido en el mismo preciso lugar donde ha ocurrido el registro.

Las otras cuatro piezas que acompañan a este “faro” central conforman una constelación escultórica y videográfica, entre la que destaca La instalación titulada “En la bañera de Marat /Maraten bainuontzian”, basada en la poesía de Vladimir Mayakovsky. 1930:
«Como se dice, el incidente esta zanjado.
La barca del amor varó en lo vulgar.
Estoy en paz con la vida.
No vale enumerar dolores, desgracias, ofensas mutuas.»
Las últimas palabras que escribiera Mayakovski me parecen reveladoras de un estado anímico colectivo. Es como si una persona física asumiera toda una enfermedad social. Lo cultural y lo político; para los humanos es como el agua para los peces, el medio natural en el que nos movemos sin percibir su existencia. De vez en cuando , una tormenta agita la rutina, dejándonos flotando, dispersos, como después de un naufragio.
La instalación consta de una pieza de madera representando una bañera-barco y un paralepípedo que recuerda al que sale en el cuadro de David en el que representa a Marat asesinado en su bañera, y sobre el que David escribe “A Marat”. En el muro tras la bañera se proyecta el video realizado para la exposición y sobre el paralepíedo se proyecta otro video con el texto de la poesía de Mayakovsky.

Las otras tres piezas forman un conjunto inestable de objetos inestables que enlazan con otra pieza videográfica es la titulada “Contando con los dedos de una mano”

Historia Beridazten / Reescribiendo la Historia/ Rewriting History

Los países, las fronteras se han escrito y reescrito con las guerras. La Historia, con mayúsculas siempre va asociada al ruido de la versión oficial y al silencio de los que nunca aparecen en esas páginas.

… Cada página una victoria.

¿Quién cocinó el banquete de la victoria?

Cada diez años un gran hombre.

¿Quién pagó los gastos?

Tantas historias.

Tantas preguntas.

(Preguntas de un obrero que lee. Bertolt Brecht. 1935)

No es Verdad

    No es verdad Videoinstalación interactiva Se trata de un video interactivo que se genera en tiempo real. El vídeo está concebido en dos capas, una capa de texto que cambia dependiendo del contexto que capta el sonido ambiente … Continuado

Erresilientziak/Resiliencias

RESILIENCIAS

Todo lo que permanece lo fundan los poetas.

F. Holderlin

El proyecto que Josu Rekalde (Durango, 1959) acerca esta primavera al Museo de Arte e Historia de la villa, es ante todo una propuesta refrescante y audaz que se resiste a ser clasificada en términos convencionales. De este modo, el artista nos plantea un recorrido por diversas piezas híbridas que nos interpelan desde su precariedad íntima.
La fotografía hospitalaria con la que da comienzo el itinerario nos remite al malestar y la enfermedad, ya sea la particular, o la del arte y la cultura en general.
La poderosa escultura gravitante del violonchelo, con su manifiesta carga antropomórfica, nos traslada a través de la música que emite a cuenta gotas a ese sufrimiento de la cultura que a duras penas logra subsistir.
Después nos encontramos con una suerte de pieles humanas, demasiado humanas diríamos nosotros, que desde su nuda fragilidad nos recuerdan que pese a todo somos capaces de resistir, pues incluso en las situaciones más comprometidas siempre hay un algo, que nos sujeta y que hace que nos sobrepongamos a la adversidad.
Continuando el viaje que el artista va dibujando, se debe destacar la singular instalación de los tres monitores que desde el suelo y más allá de lo metafórico interactúan satisfactoriamente con ese boquete abierto que deja entrever un cielo dinámico y cambiante que nos invita a no perder la esperanza.
Finalmente, el periplo al que a modo de experiencia estética intransferible nos convida Rekalde termina con una nueva instalación que desde su complejidad nos sumerge en los procelosos senderos de la memoria y de la amnesia. Tanto la una como la otra ya se sabe que son por definición selectivas; y en la vida, las busquemos o nos las impongan, estamos impelidos a manejarnos y mezclarnos con ellas de la mejor manera posible.
El juego de la pantalla en blanco moviéndose ingeniosamente por la acción de un simple ventilador es el colofón perfecto para este baile especular, donde el camino a recorrer está siempre por desbrozar. Nosotros somos quienes debemos adentrarnos en él, para desde la resiliencia saber querer encontrarnos.

Aitor Aurrekoetxea
Profesor de Filosofía de la EHU-UPV y crítico de arte