Los brillantes personajes de las ruedas de prensa,
desparecen ante los destellos de los flashes de las cámaras de fotos.
Las estrellas del espectáculo nos ciegan,
pues deslumbran incandescentes.
El maravilloso paisaje que desfila ante nuestros ojos,
se desvanece ante las gotas de agua que se deslizan por el cristal.
El protagonista desaparece, el icono se desvanece,
es hora de cerrar los ojos ante el destello.
Dormir ante los iconos de la razón es un acto de rebelión.